HAY UNA MUJER QUE TIENE ALGO DE DIOS...  

Posted by Carlos Zárate V.


Hoy vuelvo a escribir después de algunos días de “silencio”, pero la ocasión merece, hoy es un día especial, hoy celebramos el DIA DE LAS MADRES. Mi día comenzó muy temprano, tan pronto mis ojos se abrieron, hice mi oración agradeciendo a Dios por todas sus bendiciones derramadas sobre mí y mi familia, luego la busqué, ella aun dormía, salí de mi cama bien despacito para no despertarla y preparar “el desayuno”, cuando ella despertó ya estaba todo listo: las fruta (naranjas y papaya), unas nueces de macadamia, leche y un pan integral que hice en un minuto (la receta lo voy a adjuntar al final), fue un desayuno hecho por marido (con el respeto que algunos se merecen), mas, mi propósito era hacerla sentir más amada, más valorizada, y es que tengo muchos motivos para eso: Sara, además de ser mi fiel y dedicada esposa ella es mi amiga, mi compañera, mi cómplice y Dios coronó nuestra dicha con dos maravillosos hijos Jonathan y Karen, mientras yo preparaba el desayuno; a las 6h15, a mas de 15,000 kms de distancia (Formosa, Brasilia – Lima, Perú) ellos preparaban un video para sorprender a su mami, Karen hacía esfuerzos para que sus lagrimas no delatasen la nostalgia de no tenerla a su lado, mas sus ojitos aguados gritaban su amor y la impotencia de no poder abrazarla, Jonathan era más… ¿fuerte?, el que hablaba con mas serenidad, mas en los dos se sentía el amor que devotan por su madre.
En cuanto desayunábamos llamé a saludar a mi madre, la encontré sola, la sentí triste porque su ¨preferido¨ (yo, jijij), no estaba esta vez a su lado, mas su día fue iluminado cuando hicimos la oración juntos y sintió mi amor y devoción que tengo por ella; ¿Cómo no tenerla?, recuerdo que un día cuando yo tenía unos 8 años, mi madre hizo un viaje de algunos días llevando a mi padre en busca de atención médica, en aquel tiempo vivía en San Pablo (pueblito encostado en la sierra cajamarquina) y había quedado al cuidado de Margarita, la señora que ayudaba a mamá, después del segundo día, muy temprano y cuando estaba apostado en una ventana de mi casa vi un rebaño de ovejas pasar frente a mí y sin pensar dos veces, y ni decir nada a nadie, salí de casa y me uní al hato de ovejas y comencé a caminar junto a ellas. Entre los pastores estaba un niño de casi mi misma edad con quien hice amistad y entre risas, mugidos de las ovejas y el polvo del camino el tiempo pasó inclemente que sin darme cuenta llegó la noche, y consigo la sensación de tristeza, soledad, vacío; por primera vez en mi corta vida, sentí la falta de mi madre, de su cariño, de sus besos, estaba lejos, lejos de casa, en quien sabe que punto del inmenso universo. No me imagino los sentimientos de Margarita, pienso que tan pronto como se percató de mi desaparición, salió preguntó a los vecinos, corrió por todo el pueblo buscándome y nadie nada información alguna de mi, llegó la noche para ella y no quedó otra alternativa para ella sino, llamar y avisar a mi madre de mi desaparecimiento.
Tan pronto como ella supo de la situación, no esperó la mañana para ir en mi bus, no espero el ómnibus más confortable para ir a buscarme. En ese tiempo llegar a mi pueblo era una hazaña, no había transporte disponible, las salidas de la única compañía de transporte se reducían a una por día, no sé como hizo, mas llegó lo más pronto que pudo. Una vez llegada a San Pablo, comenzó su búsqueda, y para ello no escatimó esfuerzo ninguno, lloró, suplicó para que alguien le diese alguna información que lo llevara a l paradero de su hijo, caminó en dirección de cada información y cada vez que llegaba a ese lugar y no me encontraba, su corazón era apretado por la frustración, mas no se conformaba, tan pronto como tenía alguna otra información ella iba tras ella. Los días eran interminables, mas después de tres días, y después de llorar tanto y caminar cientos de kilómetros llegó hasta donde yo estaba. Cuando me vio, no me reclamó, no me castigó, sólo me abrazó y lloró y lloró y me prometió nunca dejarme sólo.
Cuando veo el amor de Sari por sus hijos y recuerdo el amor de mi madre por nosotros sus hijos, pienso que en esta tierra no hay amor más grande que el amor de una madre.
El Episodio que gustaría compartir contigo en este día se encuentra en 1Reyes capitulo 3 Era un episodio demasiado tenso y que pondría a prueba la sabiduría del rey salomón. Dos mujeres habían dado a luz a un hijo cada una, con tres días de diferencia, una de ellas no tuvo los suficientes cuidados y al dormir con el bebé se acostó encima de El y lo mató (v19), esta rápidamente cambió su hijito muerto por el hijo de la otra mujer. Al despertar por la mañana siguiente, la mujer de quien era el hijo que estaba vivo, se dio cuenta que el bebé muerto no era su hijo, cosa que la otra mujer no quiso aceptar, por eso fueron llevadas ambas delante de Salomón para que fuese juez en esta disputa.
Salomón escucha la defensa de la verdadera madre, mas la impostora no daba su brazo a torcer y exigía la potestad del bebé vivo que no era su hijo. Entonces Salomón mandó traer su espada (v24) y para solucionar el problema mandó cortar de a dos al cuerpo el bebé para dar una parte a cada madre (v25).
Es en esos momentos de peligro para un hijo, donde el amor de una madre se deja ver, el verso 26 dice: … (Porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo). Esa mujer no se podía resistir al hecho de pensar que la otra mujer tomase potestad de su hijito antes de verlo muerto, fue allí que Salomón se dio cuenta quien era la verdadera madre, su amor por su hijo lo delató.
Definitivamente ninguna madre puede soportar ver a un hijo sufrir, el amor de una madre está dispuesto a quitar el pan de sus labios para darlo al hijo amado, una madre está dispuesta a cubrir a su hijo del frio aun cuando ella esté muriendo, una madre esta dispuesta a correr kilómetros por buscar a su hijo
Más aún cuando el amor de una madre sea el más grande amor entre os seres humanos, tendría que decirte que SI, HAY UN AMOR MAYOR y ese amor es el amor e Dios por ti y por mi. Mira Isaías 49:15 ¨¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del fruto de su vientre? Aunque olvide ella, Yo nunca me olvidaré de ti¨ y en el verso 16 dice que El Señor te ama tanto que en las palmas de sus manos te tiene esculpida.
Oh Maravilloso amor de Madre! Oh Incomparable y eterno amor de Dios!

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Carlos Zárate V.

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Soy Pastor de la Iglesia Adventista del Sétimo Dia, por la gracia de Dios, hijo de Carlos e Isabel, esposo de Sara y padre orgulloso de Jonathan y Karen. Amo a Dios, Amo a mi Familia y Amo a mi Iglesia. Desarrollo mis actividades pastorales en Brasil, Mi mayor deseo es ser heredero de la patria Celestial y morar por la eternidad con Jesus.

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